lunes, 17 de noviembre de 2008

LA ERA DE ACUARIO

SOBRE “LA ERA DE ACUARIO”.

Muchas son las voces que proclaman la inminente llegada de la “Era de Acuario”, y profetizan sobre ella anunciando que será una época dorada para la humanidad, en la que el cristianismo –propio de la era de Piscis- desaparecerá, y será sustituido por una nueva creencia universal que traerá un futuro lleno de armonía, justicia, paz y hermandad entre todos los hombres.[1]
Esas predicciones engalanadas de “espiritualidad”, tienen su fundamento científico-temporal en la astronomía, concretamente en el llamado “movimiento de la precesión de los equinoccios”.

La precesión de los equinoccios

Es este un movimiento muy lento producido por la oscilación del eje de giro de la tierra, el cual, se comporta de forma semejante a como lo hace una peonza cuando cae al suelo y gira cónicamente antes de enderezar su eje verticalmente. Esto hace que la estrella que vemos ahora situada en la proyección de nuestro eje: la estrella polar, se vea desplazada paulatinamente, y vuelva a esa posición coincidiendo con el eje de giro terrestre dentro de 25.920 años. Ello ocasiona que el punto de intersección del ecuador celeste y la eclíptica[2] se desplace hacia el oeste a razón de unos 50” de arco por año (un grado de arco cada 72 años), lo cual hace variar las estrellas colocadas tras el punto vernal (punto estelar marcado por la posición del sol en el equinoccio de primavera) y también las ascensiones rectas y las declinaciones de las estrellas fijas.



Esquema del movimiento “de peonza” del eje terrestre,
el cual origina la precesión de los equinocios.
Dibujo de Ching Sung Yü, publicado como figura nº 59 en la página 360
del libro “Guía de campo de las estrellas y los planetas” de Donald H. Menzel.
Editorial Omega Barcelona 1.979.


Todo esto que parece un complicado asunto de astrónomos, tiene una lectura de gran utilidad para nosotros en este momento. Puesto que el eje de giro terrestre, describe un gran círculo cada 25.920 años, ello implica que el punto vernal se desplaza paulatinamente recorriendo cada una de las constelaciones zodiacales en 2.160 años.


Gran círculo descrito por la prolongación del eje terrestre en una “edad del mundo”.
Dibujo del mismo autor que la anterior, y que aparece como figura nº 60 en el libro citado.


Desde que por primera vez en nuestra época histórica (que sepamos), Hiparco, en el año 139 antes de Cristo, habló de este movimiento de la precesión de los equinoccios, se han venido interpretando cada uno de esos tiempos de 2.160 años, como etapas, o edades del mundo, en la actualidad se denominan “Eras”.

La era de Piscis

Normalmente se entiende como orden dentro de la eclíptica, el que comienza en Aries, y va desde él a Tauro, de Tauro a Géminis, de Géminis a Cáncer etc... La prolongación del eje de giro terrestre se desplaza hacia el oeste, así que tras estar 2.160 años en Tauro, pasa a Aries, se mueve hacia el signo precedente, de ahí el nombre de este movimiento.
La historia de la salvación, recoge y da efectivo cumplimiento y sentido a todos los arquetipos simbólicos, incluidos, claro está aquellos que los hombres han podido, durante milenios, ver reflejados en las estrellas del firmamento. Por ello, vamos a trazar algunos apuntes sobre las últimas Edades (Eras) y su relación con el plan de Dios para salvarnos.
Hubo una época en la que el punto vernal del equinoccio de primavera coincidía con Tauro, y el de otoño con Escorpión. Ese era el eje zodiacal “especialmente simbólico” en ese tiempo; florecían entonces las grandes civilizaciones del “creciente fértil” y del medio y bajo Nilo.
En Egipto se adoraba al buey Apis; los babilonios lo hacían con el toro Marduk (Tauro, el toro). También estaba presente el culto al escorpión y a la serpiente, -que aparecen siempre vinculados en cuanto que ambos son animales rastreros, venenosos y que suelen permanecer ocultos (cf. Lc 10, 19 y Lc. 11, 11)-; sólo tenemos que observar los sarcófagos egipcios o recordar el encuentro de la Vara de Moisés con las serpientes de los magos del faraón (Ex. 7, 8).



Máscara de Tutankamon que se conserva en el Museo Egipcio en El Cairo.
Fotografía de AISA- Barcelona. Publicada en la página 257 del tomo Iº de la
“Historia Universal del Arte”. Edit. Planeta 1.991.



Cuando el movimiento de precesión de los equinoccios empezó a adentrar el punto vernal en el eje Aries – Libra, Dios por medio de Moisés, sacó al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto, estableció la Pascua (Ex. 12, 21), en la que la sangre de un cordero sin defecto (Aries es un cordero) libró las casa de los israelitas del ángel exterminador. El pueblo elegido, fue al desierto y en el Sinaí, Dios les dio por medio de Moisés las tablas de la Ley (la constelación de Libra es una balanza, símbolo de la Justicia y la ley) (Ex. 24, 12). Hubo algunos de los israelitas que añoraron el pasado en Egipto y en ausencia de Moisés, construyeron un becerro (Tauro) de oro (Ex. 32) y aún mucho después, en la tierra prometida continuaban haciéndolo cuando se alejaban de Dios (Os. 8, 5).
Pasaron los años, y Los Reyes Magos[3] que estaban atentos a estas cosas escudriñando el cielo, vieron la Estrella de Jacob y la siguieron. (que nadie entienda, que nosotros decimos que no hubo tal estrella, que los Magos sólo apreciaron la precesión de los equinoccios. Dios que es el Creador, Amo, Dueño y Señor, hizo surgir una estrella que además, aparecía y desaparecía como nos narra la escritura) Y encontraron al Hijo de Dios y de la Virgen envuelto en pañales en un pesebre. El punto vernal marcaba el eje zodiacal Piscis – Virgo. Ese niño hizo a sus discípulos pescadores de hombres, y el pez, fue el símbolo de los primeros cristianos (Piscis son dos peces), fue María la que dijo: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”, la Virgen María (Virgo es La Virgen). Muchos judíos, dejaron a Jesús en la Cruz y volvieron a Jerusalém a celebrar la Pascua y todavía siguen haciéndolo, y no sólo ellos.
En ningún momento queremos decir que Dios está sujeto o condicionado por este movimiento. Él lo ha creado todo y ha dispuesto que la tierra gire de este modo, y nosotros, con su ayuda, no podemos más que apenas vislumbrar alguno de los signos de los tiempos.
Lo que acabamos de exponer sobre las eras de Tauro y Aries, nos muestra claramente como los símbolos ancestrales y universales, son realizados, cumplidos en la historia de la Salvación. Y nos recuerda que en los hombres hay una fuerte tendencia a la cristalización, a quedarnos con lo conocido, con el hombre viejo; tendencia esta, de la que no podríamos ni soñar con liberarnos, sin la ayuda de la infinita misericordia de Dios.
Aunque es difícil encuadrar todo esto con una precisión exacta ajustándolo con las fechas, algunos autores colocan el paso de Aries a Piscis en la fecha en que Hiparco escribió sobre ese movimiento, el 139 a.C.; otros como J.G. Bardet, se decantan por el año 30 antes de Cristo; pero para otros, como Emilio Saura y para nosotros mismos, el nacimiento de Cristo es de tal magnitud y trascendencia -sólo superable por “la hora” del misterio del Gólgota-, que no pudo por menos que coincidir con ese momento en el que el punto vernal entraba en 0º Aries, en el tiempo en el que se sobreponen coincidentes el zodiaco tropical y el estelar, un momento en el que todo el cosmos se “ajusta”. Por lo que para nosotros, la entrada del punto vernal en Piscis, coincide con el punto de partida de nuestro cómputo temporal actual, con el nacimiento del Mesías en Belén.[4] Es tal la trascendencia de la Encarnación que parte el tiempo en antes y después de ella.

La era de Acuario

Visto que es difícil precisar con exactitud el comienzo de la era de Piscis, lo mismo ocurre con las demás, pero ateniéndonos a lo dicho, podemos decir que la era de Acuario empezará aproximadamente dentro de un siglo y medio, pero ya hay algunos que “ansiosos por oír novedades” están ya hablando de ella y amenazando con engañar a los elegidos por el Señor:
“Estos signos de los tiempos, que emergen de la segunda secularización, llamada por los sociólogos teóricos “segunda muerte de Dios”, afectan también a la misma Iglesia, a los sacerdotes, religiosos y laicos, amenazando así con generar el peor de los males: la secularización de la conciencia de la Iglesia, la perversión de su fe y la inversión de los principios y de las normas de su moral.
Tal es el gran desafío que tiene ante sí la Iglesia. Porque, se trata de un reto de tales dimensiones y tan nuevo, que los espíritus más lúcidos hablan de la emergencia de una “época post-metafísica”, de una “sociedad post-cristiana”, de un periodo histórico determinado por la muerte del hombre y por el anti-humanismo, de una “era del vacío”. Se explica así que la “New Age” afirme, si bien con ilusoria soberbia, que la era de Acuario sucederá implacablemente a la era de Piscis, sentenciada sin remedio a la muerte”.[5]
Pues aunque Jesús mismo lanzó la pregunta: “¿Encontrará fe en la tierra cuando venga el Hijo del Hombre” (Lc. 18, 8). También nos aseguró que las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia (Mt. 16, 18). El tiempo es lineal, no es un absoluto, ni es una magnitud cíclica. El cristianismo, y en especial la Iglesia Católica permanecerán en la tierra hasta que Jesús vuelva en Gloria.


“STAT CRUX DUM VOLVITUS ORBIS”[6]

Y para dar una referencia que invalida de raíz todas las especulaciones en el sentido de que la era de Acuario cuando llegue traerá algo nuevo, algo post-cristiano, algo “mejor”, más “actual”; podemos decir que la constelación de Acuario, ha sido vista siempre, hasta donde podemos saber como la han visto los seres humanos, tanto en oriente como en occidente, como un hombre con un gran cántaro de agua, la cual, vierte inagotablemente sobre la constelación del “Piscis Austrinus”, que es un pez solitario, -no es ninguno de los dos peces que forman la constelación zodiacal de Piscis, son otro grupo de estrellas-. Es una pequeña constelación que pasaría desapercibida a no ser por su estrella alfa (la más brillante del grupo) que se llama Fomalhaut, palabra que es una adaptación francesa del árabe famal-hut que significa: “la boca de la ballena”; esto nos lleva directamente a la “señal de Jonás”, a la muerte, a la ballena que te engulle si estás fuera de la barca (la iglesia). Y es en la boca de esa ballena en la que Acuario vierte su agua vivificadora, por lo que podemos asociar claramente esa agua, con la gracia santificadora que nos saca de la muerte en la que caemos como Jonás, cuando nos negamos a hacer la voluntad de Dios. El agua que ofreció Jesús a la samaritana.


Constelación de Acuario. Dibujo publicado en la página 21 del libro “Mapas celestes antiguos” de Carole Stott, publicado por editorial Ágata. Madrid 1.995.

Aparte de la imagen de Cristo vertiendo de su costado el río de agua viva, podemos tomar la referencia que nos dan San Marcos y San Lucas: “Jesús envió a Pedro y a Juan, diciéndoles: Id a prepararnos lo necesario para celebrar la Pascua. Dijeron ellos: ¿Dónde quieres que lo dispongamos?.
Les respondió: Cuando entréis en la ciudad, encontrareis un hombre que lleva un cántaro de agua: seguidle hasta la casa en la que entre. Y diréis al padre de familia: -El Maestro te envía a decir: ¿Dónde está la sala en que yo he de comer el cordero pascual con mis discípulos?-. Y él os enseñará en lo alto de la casa, una sala grande arreglada, preparad allí lo necesario.
Cuando fueron, lo hallaron todo como les había dicho, y dispusieron la Pascua” (Lc. 22, 8).
Era lo usual que las mujeres hebreas o las esclavas fuesen a por el agua, por eso a los discípulos no les fue difícil encontrar en Jerusalém un hombre que llevase un cántaro. El término griego usado para indicar que llevaba un cántaro, indica claramente que era grande o bien muy pesado.
El Evangelio nos traba la imagen de la constelación zodiacal de Acuario, con la celebración de la Pascua, la “Última cena” de Jesús con sus discípulos. ¿Qué celebramos en cada Eucaristía los católicos?: celebramos la Pascua, los discípulos con el Señor, en cada eucaristía, y de forma especial y solemne en la Vigilia Pascual.
Que buena imagen: el hombre vertiendo el agua de la vida sobre la boca de la ballena, sobre los que estarían muertos, para representar la Eucaristía. Dios mismo, es el alimento que nos mantiene vivos: Dios nos ama y su Hijo Único ha vencido a la muerte y nos ha salvado.
Pues como dice San Pablo: “En distintas ocasiones y de muchas maneras hablo Dios antiguamente a nuestros padres por los profetas. Ahora en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha ido realizando las edades del mundo” (Heb. 1, 1 y 2).
Así pues, cuando el punto vernal entre en Acuario, si el Señor, todavía no ha venido en Gloria, la Iglesia, seguirá celebrando la Eucaristía (Pascua) y Evangelizando (vertiendo el agua de la vida sobre la boca de la ballena) para sacar a los hombres de la muerte y nada podrá estar más en armonía en ese tiempo con el cosmos creado, que eso mismo.
El asunto de la “Nueva Era” no es ninguna broma, hasta el punto que el Pontificio Consejo para la Cultura y el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, han publicado hace poco un documento titulado: “Jesucristo, portador del Agua de la Vida”; en el que de manera provisional trata específicamente el tema. En su prefacio, se puede leer entre otras muchas aclaraciones: “Aun cuando se pueda admitir que la religiosidad de la “nueva era” en cierto modo responde al legítimo anhelo espiritual de la naturaleza humana, es preciso reconocer que tales intentos se oponen a la revelación cristiana. En la cultura occidental en particular, es muy fuerte el atractivo de los enfoques “alternativos” a la espiritualidad. Por otra parte, entre los católicos mismos, incluso en casas de retiro, seminarios y centros de formación para religiosos, se han popularizado nuevas formas de afirmación psicológica del individuo. Al mismo tiempo, hay una nostalgia y una curiosidad crecientes por la sabiduría y por los rituales de antaño, lo cual explica en parte el notable aumento de la popularidad del esoterismo y del gnosticismo. Muchos se sienten especialmente atraídos por lo que se conoce –correctamente o no- como “espiritualidad” celta, o por las religiones de los pueblos antiguos. Los libros y los cursos sobre espiritualidad o sobre religiones antiguas u orientales son un negocio floreciente y con frecuencia reciben el apelativo de “nueva era” por razones de carácter comercial. Pero los vínculos con dichas religiones no siempre están claros. De hecho, con frecuencia se niegan.
Un discernimiento cristiano adecuado del pensamiento y de la práctica de la “nueva era” no puede dejar de reconocer que, como el gnosticismo de los siglos II y III, ésta representa una especie de compendio de posturas que la Iglesia ha identificado como heterodoxas. Juan Pablo II ha alertado respecto al “renacimiento de las antiguas ideas gnósticas en la forma de la llamada New Age. No debemos engañarnos pensando que ese movimiento pueda llevar a una renovación de la religión. Es solamente un nuevo modo de practicar la gnosis, es decir, esa postura del espíritu que, en nombre de un profundo conocimiento de Dios, acaba por tergiversar Su Palabra sustituyéndola por palabras que son solamente humanas.
La gnosis no ha desaparecido nunca del ámbito del cristianismo, sino que ha convivido siempre con él, a veces bajo la forma de corrientes filosóficas, más a menudo con modalidades religiosas o para-religiosas, con una decidida aunque a veces no declarada divergencia con lo que es esencialmente cristiano”.


[1] Cf. Con el documento: “Jesucristo, portador del agua de la vida” del Pontificio Consejo para la Cultura. Vaticano – 2003 – p. 5, 52 y 92.
[2]La Eclíptica es una banda del cielo, una franja por la que siempre discurren el Sol y los planetas y que rodea a la Tierra como un anillo lejano, y que coincide con la proyección sideral del plano del ecuador del sistema solar. Está dividida en 12 partes de 30º, cada una de las cuales está representada por la constelación que hay en ella; éstas son las doce constelaciones del “zodiaco”.


El movimiento normal del Sol y los planetas vistos desde la Tierra, es desde Aries a Tauro; de Tauro a Géminis etc.., pasando el sol un mes delante de cada signo zodiacal.
[3] Por muchas que sean las consideraciones que puedan hacerse sobre los tres Reyes Magos y sobre si lo que vieron y siguieron fue una estrella especial, una estrella nueva para aquella ocasión, ninguna de ellas podrá demostrar que lo que pasó no fue lo que relatan las Escrituras. Hemos visto trabajos de estudiosos serios que han planteado que esa estrella era una inusual conjunción planetaria de Júpiter y Saturno, o de otro grupo de planetas. Y también a otros decir que ese verse y dejarse de ver, debió de deberse a la presencia de nubosidad.
Parece que tenemos serios problemas para aceptar lo sobrenatural, estamos empeñados en quitarle a todo su parte misteriosa. Detrás de todas esas búsquedas suele estar una incapacidad de aceptar la Escritura como un niño; y después como un ser humano adulto, creyente y racional, aceptar y entender que el Creador, Dueño y Señor de todo, para un momento tan trascendente, puso una estrella en el cielo para que guiase a los Reyes Magos.
[4] Los errores en las fechas que se pudieron introducir al establecer el calendario juliano, podrían llevarnos algunos años hacia atrás, en el supuesto de que pudiesen ser suficientemente demostrados. Pero en cualquier caso, el ajuste de la fecha de nuestro calendario con el número exacto de vueltas que ha dado la Tierra alrededor del Sol desde que nació Jesús, no afectaría decisivamente a nuestra situación.
[5] Cita tomada de la página 18 del Plan Pastoral 2.002 a 2.005 de la diócesis de Cartagena. Su primera parte es una lúcida instrucción pastoral del Sr. Obispo D. Manuel Ureña Pastor sobre los nuevos signos de los tiempos.
[6] “La Cruz, permanecerá erguida mientras el mundo gire”.
Angel Luís Hurtado Contreras
Semogil 2008

18 comentarios:

mikiman dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
edwcuervo dijo...

¿Se puede concluir entonces que, no solo no hay motivos astrológicos para pensar en una "Era" post-cristianismo("libre" de la pesada carga de su moral), sino más bien todo lo contrario?

mikiman dijo...

No hay motivos astrológicos para nada: así como los adivinos astrológicos de la televisión y demás, todo el tema de la astrología es un engaño. No es posible demostrar influencias físicas significativas de estrellas y/o planetas en nuestro quehacer cotidiano; es imposible. Sería mucho más influyente la fuerza de gravedad del teclado que tengo delante al escribir que la que pueda ejercer sobre mí una estrella situada a (como mínimo) casi una decena de años-luz.

Por aquí es por donde en mi opinión se debe empezar la desmitificación de todo el que hable de New Age. Hay que empezar que eso es una estafa, porque suena bien, pero no tiene fundamento físico (y no creo que queramos concederle entidad espiritual a los astros, ¡lo que faltaba!).

Por otro lado, ya desde el punto de vista cristiano -para lo anterior solo hay que saber un poquito de ciencia-, Dios ama demasiado al hombre como para dejarlo a merced de los astros, ¿no?

edwcuervo dijo...

En primer lugar escribir que quería referirme a motivos astronómicos, no astrológicos.



Y en segundo lugar que, aunque Dios ame demasiado al hombre como para dejarlo a merced de los astros; eso no quiere decir que Dios no pueda (o quiera) mostrar su "plan" a través de los astros y los acontecimientos en la Tierra.


En tercer y último lugar escribir que, en mi opinión, se conoce suficientemente la física como para saber que la interacción de los astros (ya sean planetas, satélites o estrellas) con la Tierra y su "contenido" (temperatura, luz, mareas, color de las cosas...........)es muy muy grande, y aun se desconoce toda su amplitud. Con esto no quiero dar a entender que haya que suponer una implicación absoluta de los astros con la vida humana y con su historia. Pero tampoco podemos negar las evidencias.


un saludo

Anónimo dijo...

Hola edwcuervo
Eres dificil construyendo frases, tres negaciones seguidas y uno ya no sabe qué es lo que afirmas o preguntas.
Como usaba santo Tomás: solución: se debe decir que después del cristianismo no hay más que el Juicio final y el Reino de los Cielos.
Jesucristo revela lo oculto desde la creación del mundo, y no le falta nada al cristianismo,en todo caso lo que faltan son santos.
Las dudas sobre esto vienen de dos frentes, el primero fue defendido por F. Niestche, huyendo de su remordimiento por el pasado, y alentado después en el plano científico por A.Einstein, en cuanto a que el tiempo es curvo o cíclico. Eso es una falacia, el tiempo es "lineal". Nunca más será este momento.
El otro frente es un profundo anhelo de felicidad que permanece en nuestro corazón desde antes de la caída, y nos hace anhelar un estado paradisiaco aquí en la tierra. Por eso esos sueños utópicos de Acuario.
Tú mismo te delatas coscientemente, el paréntesis de tu comentario muestra tu ansia de felicidad, de libertad, pero no has conocido todavía a Jesús, y sólo piensas que el cristianismo te impone una pesada carga moral, cuando la que tú mismo te pones, esa si que es una carga pesada: "ser Dios", cuando es Jesucristo el que te da la verdadera libertad leberándote de tu pesada carga, pero hasta que no lo vivas tú....
El tiempo está cumplido, y sólo vivimos en la paciencia de Dios.

Anónimo dijo...

Hola Mikiman
Vamos tranquilos, estamos de acuerdo con edwcuervo en que si la luna puede mover el agua de todos los océanos, algo nos hará a nosotros, aunque sea a nivel biológico.
Santo Tomás decía: los astros inclinan, pero no obligan.
Esto no debe entenderse en el sentido de que los planetas manden unos eflubios que nos manejen, debe entenderse en el sentido en el que toda la Creación es una sola obra, que toda está enfocada hacia el hombre, y existe una armonía maravillosa en todo el Cosmos, y el hombre en su papel de cúspide de la Creación, recapitula en él de alguna manera todo lo que existe. Y algunos han aprendido con la experiencia milenaria, a interpretar la "música" que suena en cada momento en la armonía del sistema solar.
Por supuesto que el libre albedrío y la Gracia están por encima de esa música, esa es la sublime grandeza con la que Dios nos ha dotado.
Por supuesto que toda esa banda de astrólogos y adivinos son unos falsantes en el mejor de los casos, y unos lacayos de Satanás en el peor.
Tu mira que aquí se habla del pasado, no del futuro, esa es la clave para no atravesar la línea señalada en la Escritura.
Pronto contaremos otro ejemplo de como los acontecimientos humanos están relacionados con el cielo astronómico.
No se trata de concederles entidad espiritual a los astros, se trata de que ellos siempre obedecen la voluntad de Dios, haciendo aquello para lo que han sido creados, y pueden ser una referencia.
Otros han podido leer en otros aspectos de la Creación la "música".
No se si del artículo de la Era de Acuario, has podido entender que Dios nos ha dejado a merced de los astros, por supuesto que no, somos nosotros los que por la caída, nos hemos distanciado de nuestra libertad.
La paz de Nuestro señor sea contigo.

mikiman dijo...

edwcuervo, dices:

en mi opinión, se conoce suficientemente la física como para saber que la interacción de los astros (ya sean planetas, satélites o estrellas) con la Tierra y su "contenido" (temperatura, luz, mareas, color de las cosas...........)es muy muy grande, y aun se desconoce toda su amplitud

Al decir que no pueden influir sobre nuestras vidas me refiero, exactamente, a todas esas tonterías de horóscopos, etc... Efectivamente, me refiero a que no hay motivos astronómicos para suponer que los cuerpos celestes influyen, por cuestiones gravitatorias, más allá de lo que sabemos: que la gravedad nos mantiene unidos a la tierra, y que hace girar a esta alrededor del sol. Aunque las interacciones fundamentales no se conocen de forma tan exacta como nos gustaría a los físicos, si sabemos lo suficiente como para afirmar lo que te he dicho antes. Por ejemplo, con el nivel que tenemos de conocimiento de la gravedad, que pasa por la teoría de Einstein y, en buena aproximación, por la teoría de Newton (aunque no sepamos nada de como es a nivel cuántico), podemos afirmar lo que te he dicho.

Mucho más importante que influencias místicas que pueda tener en nuestra vida a través de la gravedad, el Sol, por ejemplo, es importante cuestiones energéticas y entrópicas. Pero estrellas tan lejanas que en la noche son solo un punto de luz... su efecto quedaría eclipsado (valga el juego de palabras) por el Sol.

De los cuatro hermanos que somos, tres de ellos seríamos (si esas tonterías importasen) del signo "Leo", y a cada uno nos va de manera distinta. La prueba de que es mentira la cuestión de la astrología y demás, es que mueve dinero.

Por lo demás, es posible que hasta tengas que revisar tus cálculos, porque si no me equivoco (y esto es otra cosa que demuestra la engañifa de los astrólogos y videntes), son trece y no doce las constelaciones que el sol atraviesa en nuestro cielo, en su eclíptica... De modo que, cuando divides por 12, deberías dividir por 13. Podéis buscar la información por ahí, en Google. Eso cambiaría la duración de las eras, de 2160 años a 1994, aproximadamente. Por otro lado, puesto que las constelaciones no se encuentran equiespaciadas en la trayectoria aparente del sol, no todas las eras deberían durar lo mismo.

Ángel, por cierto, no entiendo bien a qué te refieres con lo del tiempo en Einstein, no le veo contradicciones con el concepto de Historia que tenemos los cristianos, una vez bien entendido. Toda verdad, la diga quien la diga, viene del Espíritu Santo, dijo Santo Tomás. (Omne verum, a quocumque dicatur, a Spiritu Sancto est).

edwcuervo dijo...

Mikiman, estoy por completo de acuerdo contigo en la falacia de la astrología en cuanto a adivinación u horóscopos se refiere. Y por tanto no creo que el qué tus hermanos y tú seais del signo de "Leo" (es decir: que todos nacierais cuando en su eclíptica el Sol estuviera en "Leo"), vaya a determinar como se van a desarrollar vuestras vidas. Sin embargo, pienso que es posible que los astros puedan influir de manera sutíl en la forma de ser de los individuos, (tomando la cita de S.Tomás:" los astros inclinan pero no obligan").

Otro asunto es lo de la treceava constelación. Supongo que te refieres a que el Sol también pasa por Orión, el cazador; por lo que sé, tradicionalmente no se incluye en las constelaciones zodiacales debido a que por sus grandes dimensiones se sale de la ecliptica solar. Si existen otros motivos los desconozco.


En cuanto a la física gravitacional, decir que por lo que yo sé, las principales relaciones que se establecen entre dos masas dependen ampliamente de la distancia que las separa, pero cuanto mayor sean las masas menos importancia tiene la separación entre las mismas. Y teniendo en cuenta que, por lo que se sabe, la masa del Sol es pequeña en relación con las de otras estrellas, como la de la Tierra respecto de otros astros, creo posible que esos mismos astros puedan interferir de algún modo en el sistema solar y por tanto influir de algún modo en los personas, ¿como o cual es dicha influencia? lo desconozco por completo.

un saludo

mikiman dijo...

Si, pero la fuerza varía como M/r^2, es decir, que si aumentas la masa al doble, y la distancia también al doble, la fuerza es la mitad... Además de que, como sabemos, las estrellas están mucho más lejos que el Sol. Concretamente, la más cercana es alfa centauri, a unos 4 o 5 años-luz, mientras que el Sol se halla tan solo a unos 8 minutos-luz... Una diferencia considerable. Se mire por donde se mire, la influencia física es despreciable.

edwcuervo dijo...

si nos basamos en la física clásica de Newton, la Ley de gravitación universal nos dice que la fuerza (de atracción de los cuerpos) es igual a una constante "G" universal, por el producto de ambos cuerpos dividido entre la distancia entre ambos al cuadrado. Como bien escribes, la distancia parece mucho más relevante que la masa, pero cabe destacar que es el producto de la masa lo que nos ocupa, y por tanto una masa enormemente grande podría llegar a ser relevante a pesar de que la otra no lo fuera.


Pero creo es de poca importancia en las magnitudes de que hablamos.


un saludo

Anónimo dijo...

Hola a los dos.
Leyendo lo que escribís,lo primero que me viene a la cabeza es esa frase que dice: "El hombre que no es inteligente, sólo le queda ser razonable". Y me la aplico yo también.
¿quereís ayudaros o llevar razón?.
porque los dos teneis zarón en lo que decís, pero pienso que realmente os interesa más conocer la verdad que tener razón.
¿Pensais que vuestras certezas, vuestras convicciones más profundas están basadas en razonamientos?.
Si la respuesta es sí, sois hijos de Descartes, y si decís que no, ¿por qué gastar tanta energía en una discursión que en el fondo no es importante para ninguno de los dos?.
Evidentemente, estoy intentando animaros a caminar en otra dirección.
Voy a hacer un intento, voy a esbozar varios puntos que necesitan algo más de un comentario para poder ser convenientemente desarrollados, sobre todo por ver si os interesa seguir por ahí.
Veamos:
Todos estamos de acuerdo en que los adivinadores del futuro son unos sacacuartos. Yo personalmente estoy seguro de que además, hay algunos que trabajan para el mismísimo Satanas.
¿Creeis que existe ese ángel caído?.

Otra cosa en la que estamos los tres de acuerdo es en que no existe una "poderosa y misteriosa fuerza" que viniendo de los planetas y estrellas domine al hombre. (si me equivoco en esto, decidlo)
Así pues, habría que matizar a qué tipo de influencia podría referirse Santo Tomás, y para ello, en primer lugar, tendríamos que ser capaces de diferenciar entre lo que es el carácter y el temperamento.

Por supuesto que es contrario a toda evidencia el que existan 12 tipos de personas según la posición del sol en el momento de su nacimiento. Creo que esto también es algo que los tres podríamos suscribir.

En cuanto a lo del señor Einstein, no se contentó con su famosa relación entre la energía y la masa en función de su velocidad, sino que al espacio curvo, añadió lo del caracter relativo de la duración del tiempo en función de la gravedad, su tiempo curvo.
Os emplazo a que aporteis pruebas sobre la verosimilitud de esa hipótesis.

En cuanto a lo de si son 12 o 13 las constelaciones, es algo como entenderte en una conversación con alguien que habla chino, si sólo se entiende el castellano. Una cosa es la astronomía, y con ella las matemáticas, y otra es el simbolismo (modo en que se hacen manifiestas realidades muy profundas que dificilmente pueden ser percibidas de otro modo dada nuestra actual naturaleza caída).
Las constelaciones zodiacales son 12, al igual que las tribus, y los apóstoles, y tan importante es que se eligió a Tomás para sustituir a Judas y completar el número.
Ahora algunos basados en un "reparto más justo" nos quieren colocar al Ofiuco, su imagen, es ya bastante significativa.

Mi trabajo se mueve un poco en acercar esos dos mundos el de la fe y el de la razón, y se que la intuición intelectual capta mejor muchos matices de la realidad que la razón.

Ánimo, que al final ganan los buenos.

mikiman dijo...

Respecto a lo de las masas: sé que es el producto de las dos masas, pero si lo que te interesa es el tamaño relativo que siente un cuerpo -nosotros- con respecto a dos cuerpos distintos, entonces nuestra masa se cancela, y es por eso que escribo M/r^2, porque es lo relevante.

Respecto a lo que dices de Satanás, Ángel, te diré una cosa que me dijo un hermano de comunidad recientemente: si alguien quiere dudar de Dios, que dude, pero del demonio... de ese no puedes dudar nunca. Es significativo.

Respecto a la frase de Santo Tomás, "los astros inclinan, pero no obligan".... se me ocurre que lo que podría querer es remarcar lo segundo, frente a supersticiones y demás, y, sin poder demostrar que lo primero es falso o verdadero, si que puede afirmar lo segundo. Pero vamos, podría ser que Santo Tomás estuviera convencido de que los astros "inclinen" y estuviera equivocado, que Sto. Tomás no es revelación, y los conocimientos científicos de su época no son los de ahora... para no ser un hereje, lo único que hay que afirmar es lo segundo, jejejeje.

Respecto a lo del tiempo curvo... decir tiempo curvo o espacio curvo es una cosa que, sin entender lo que quiere decir, no se entiende para nada. Yo digo que el canto de una moneda es curvo porque describe una cierta trayectoria en el espacio, ¿no? Ahora bien, ¿como se define que el espacio sea curvo, si ser curvo significa "tener una determinada trayectoria en el espacio"? Es absurdo. Lo que quiere decir es que la geometría que define mejor el espacio no es la geometría euclídea, o cartesiana, sino la geometría de otro tipo de espacios, a los que se llama curvos. Y respecto a lo del tiempo curvo... Pues tres cuartos. El hecho de que el tiempo sea relativo al sistema de referencia en el que se mide (cosa que está demostrada, por ejemplo, en los experimentos de vida media de los muones procedentes de rayos cósmicos, y de forma más general, en que toda teoría que tu quieras formular físicamente ha de ser relativista) NO implica, como también se demuestra una vez que tu postulas esta teoría de la Relatividad, que haya violación ninguna del Principio de causalidad. Es más, le da más consistencia a este Principio: la luz tiene que viajar a una velocidad finita (no infinita, como implica la mecánica clásica, newtoniana). Y, sin embargo de todas estas cosas, la flecha del tiempo, la dirección en la que fluye el tiempo (esto, y no el tiempo como tal, es más correctamente lo que determina lo que es la Historia) sigue siendo la misma; y esto es por cuestiones entrópicas, más bien. El problema es asustarse porque, al no entender conceptos, como que el tiempo es "curvo", lo contraponemos a lo que en el nombre parece indicar: "ah, entonces el tiempo no es lineal, ergo, es falso". O, por ejemplo, pensar que la teoría de la Relatividad tiene algo que ver con el relativismo, etc...

Sinceramente, cuanto más estudio la naturaleza, más la "entiendo", si es que se puede decir así, más me maravillo de lo bien que Dios ha hecho las cosas... Si supiéseis lo sencillas que son las leyes físicas fundamentales (cuánticas, por supuesto) y lo complejas y completas que son a la vez, la belleza intrínseca e intrínseca que tienen... Lo dijo el Papa no ha mucho: "Hay una doble racionalidad: en la materia, y en el proceso". Y aún así, esta belleza palidece frente a la belleza del Cristo crucificado, del Cristo Kyrios (el icono es de Kiko, para quien no lo reconozca...), y la belleza del amor de Dios al hombre.

Anónimo dijo...

Hola Mikiman.
No tan deprisa,y no se trata de asustarse ni de simpleza, se trata de aclarar cosas.
El ejemplo de la "vida" media del muón, tiene que ver con la duración relativa de su "vida" dependiendo de la velocidad a la que se desplaza. Pero no dice nada de la relatividad del tiempo, sino, no se cómo se podría determinar que decae en un tiempo distinto según su velocidad.
Espero otra justificación más convincente.
Y aunque se que los físicos hablaís así, hay una distinción elemental entre los seres vivos y los objetos físicos, suficientemente evidente para no llamar vivo a lo que no lo está.

mikiman dijo...

Primeramente, decirte que me agrada ver gente no especialista versada en cuestiones de física fundamental.

Precisamente en eso consiste la Relatividad, en que la duración de un mismo proceso, medido en dos sistemas de referencia distintos, da valores distintos. Si a eso quieres llamarlo relatividad del tiempo o no, eso ya es cosa nuestra, es pura terminología. Y lo que digo, que es lo que me parece fundamental, es que no veo el choque de eso con nuestra Fe. ¿Estamos de acuerdo en esos dos puntos?

Respecto a lo de la "vida" media, tienes razón, en realidad sería el "decay time" o tiempo de decaimiento o de desintegración, pero es tan largo... Generalmente soy muy quisquilloso con la terminología, porque pienso que uno de nuestros grandes problemas es que nos están ganando "la batalla del lenguaje", paso fundamental para cambiarnos el agua. Aunque esta vez me parecía bastante inocuo, tienes razón.

Anónimo dijo...

Hola Mikiman, despues de escribirlo todo, se ha perdido, bueno, lo intentaré otra vez.
Sobre lo de la relatividad del tiempo, estoy de acuerdo si se trata de que al medir una "duración" con dos tipos de cronómetros distintos, por ejemplo uno sexagesimal y otro centesimal, los resultados son distintos.
Ahora bien, no estoy de acuerdo en que un segundo dure más en un lugar con menos gravedad y menos en otro con mucha más gravedad. Puedo aceptar que la gravedad afecte al mecanismo del reloj, y uno de ellos falsee con respecto al otro, pero no puedo aceptar que a la duración del tiempo le afecte la gravedad, porque no tiene masa ni es una onda, es un concepto.
Y en cuanto a que eso afecte a nuestra fe, depende, tu a lo mejor puedes separar tu fe de la física, pero no todo el mundo puede hacer eso, y sino, recuerda a tus compañeros de facultad. Se trata de que el concepto de tiempo curvo, implica que pasado un tiempo determinado, puede volver al mismo lugar, lo que inevitablemente nos lleva a la reencarnación y al mito del eterno retorno. Por no hablar de esas cosas como que si uno se va muy lejos y deprisa, al volver es más joven de lo que debiera, o lo de volver al pasado.
Y no es que yo diga que esas cosas deben ocultarse en atención a los débiles, lo que digo es que o es verdad, o es mentira, y mi ala de la fe, y mi ala de la razón, me dicen que es mentira.
Ya se que tu defiendes que "en física cualquier teoría tiene que ser relativa". ¿No te das cuenta de la profunda contradicción que encierra esa frase?. Se afirma con contundencia que no se puede afirmar nada con contundencia.
Así que todavía no sabemos si estamos de acuerdo en esos dos puntos.

itaca2005 dijo...

Me ha venido a la mente leyendo algunas cosas (te soy sincero, no lo he leido entero) acerca de mitología comparada. Alguna vez creo que te lo he comentado, pero cada vez que voy teniendo más conocimientos sobre el tema salen más cosas. Por ejemplo: el tema del chivo expiatorio de los hebros lo tenían ya las comunidades indoeuropeas. No sé hay un montonazo de coincidencias, la verdad es que es un tema muy interesante, en cuanto pueda leeré algo sobre eso. Pero me cuesta armonizar ciertas creencias, sabiendo que gran parte del antiguo testamento, nos viene por herencia y parece ser que no viene por "revelación".

angel hurtado dijo...

Itaca, no se quién eres, aunque puedo entender que nos conocemos.
Después de leer tu comentario me queda un sabor amargo. Se me ocurre decir un par de cosas:
El hecho de que podamos encontrar muchas similitudes en las distintas tradiciones, no es señal de que unas se hayan copiado de otras, es señal de que todas descienden, cada una por su lado o como las ramas de un árbol, de la primera tradición, la única, la hiperbórea, la de los descendientes de Noé. El que mejor ha tratado esto ha sido Pierre Gordón "Le tradicion primitive". Porque el otro que ha tratado el tema (aunque con menos profundidad) es René Guenón, pero hay que leerlo como el que levanta una piedra en una tierra de alacranes, no en vano se hizo musulmán.
La otra cosa es esa duda que manifiestas sobre el caracter iluminado de los textos bíblicos, eso es una contaminación que tienen la mayoría de los exégetas actuales resultado de una desviación del método historico crítico de explicar las escrituras.
Benedicto XVI cuando era Cardenal trató este tema muchas veces con severidad, Si empezamos a creer que el espíritu Santo no ha inspirado a los autores bíblicos, dentro de poco no podremos estar seguros de que Cristo ha resucitado y vana será nuestra fe.
¿Acaso Dios al inspirar los textos bíblicos se auto impuso la obligación de decirlo todo de modo totalmente original? o más bien es una condición que algunos de nosotros queremos imponerle para entonces creer.
Un abrazo.

Vary Ingweion dijo...

Y si de repente descubriéramos (cosa que ya se ha hecho, y que se puede observar de muchos modos posibles) que la eclíptica no pasa por doce sino por trece constelaciones? ¿y si dijeramos que, además, cada constelación tiene una longitud diferente?

Lo que me lleva a preguntarme... ¿los creyentes en dios creen en el horóscopo? y si sí... ¿sabéis que las fechas del horoscopo no se corresponden, y que cuando el horoscopo dice tauro (por ejemplo), el sol está en aries?